Neuquén: un circuito para fanáticos de los dinosaurios

Neuquén: un circuito para fanáticos de los dinosaurios

Al costado del mirador sobre Villa El Chocón, a 80 km al suroeste de Neuquén capital, un zorro observa a estos humanos que quizás dejarán algo comestible que podrá venir a probar en un ratito, cuando se hayan ido.

De alguna manera es el lejano descendiente de los primitivos mamíferos que vivieron sobre estas planicies hace cien millones de años. En plena era Cretácica el mundo estaba dominado por los dinosaurios, de todas las formas y los tamaños, herbívoros o carnívoros, sobre la tierra, en el aire y en el agua. La Patagonia, como el resto de América latina, empezaba a separarse de Gondwana, el supercontinente que formaba junto con África, la India, la Antártida y Australia.

 

Pasaron decenas de millones de años pero este mundo sigue existiendo en las mesetas de Neuquén, para quien sabe verlo, en las capas de sedimentos de las rocas, en las improntas de plantas sobre piedras o con los fósiles y los troncos petrificados. También en los museos de la región y en uno de los sitios de excavaciones que se puede visitar:

 

Primera etapa: Villa El Chocón

 

Cuidado dinosaurios: un cartel advierte a los automovilistas al borde de la ruta 237, en la entrada a Villa El Chocón. La primera etapa de este paseo cretácico empieza sin preámbulos?

Antes de desviarse para entrar al pueblo, está la oficina de informes turísticos donde Lucas Macías invita a conocer el museo. "Van a ver el dinosaurio carnívoro más grande del mundo".

Se trata del Giganotosaurus carolinii, un nombre latinizante para una bestia que podría tragarse una vaca en un par de mordiscones. Desapareció como la mayor parte de los grandes dinosaurios: los científicos barajan la caída de un meteorito de Yucatán como una de las explicaciones más plausibles para la masiva extinción de fauna y flora de fines del Mesozoico.

El "giganoto" es el carnívoro más grande conocido hasta el momento. Parte de su esqueleto mineralizado fue encontrado por Rubén Carolini, arqueólogo aficionado que buscaba fósiles en sus tiempos libres como mecánico en la represa del embalse Ramos Mexía. Su estatua lo muestra en la sala principal del museo, a la manera de un Indiana Jones patagónico, delante de una réplica de su hallazgo y al lado del buggy que utilizaba por la meseta.

Carolini es una leyenda local. No tanto porque un dinosaurio lleva su nombre sino porque fue de alguna manera el salvador del pueblo. Luego de la privatización de la empresa eléctrica del embalse, la villa pudo reconvertirse al turismo gracias al poder de atracción que logró al exhibir uno de los dinos más grandes. Fue el puntapié del turismo paleontológico en Neuquén. El Chocón está a una hora y media de la capital provincial y sobre todo es una parada al borde de la ruta que va hacia Bariloche.

Juan Canale es el paleontólogo del museo y se especializa en dinosaurios carnívoros. Tiene varios descubrimientos en su haber y el más reciente es el Bajadasaurus, exhibido al costado de una corporización del Giganotosaurus. Presentó en febrero esta nueva especie con espinas dorsales orientadas hacia adelante. No será la última. "Neuquén es un terreno de investigación muy prolífico para los paleontólogos. Encontramos muchas especies nuevas. En este momento estimo que 1500 especies fueron descritas científicamente. Sabemos que la era de los dinosaurios se extendió por más de 150 millones de años, así que solo conocemos una ínfima parte de ellos".

Segunda etapa: Barreales

 

Luego de un día o dos en El Chocón, para recorrer el museo, sitios de pisadas y disfrutar del lago, el camino de los dinosaurios lleva por pequeñas rutas entre las bardas y las mesetas, hasta Los Barreales, entre San Patricio del Chañar y Añelo. No es tan fácil llegar al Proyecto Dino, pero vale la pena. Se puede ir directo desde El Chocón, pasando por Cutral Có, en dos horas en auto; desde Neuquén hay que recorrer 90 km.

Es un lugar único donde uno puede ver en un mismo lugar todas las etapas del trabajo de los paleontólogos -y, por qué no, poner manos a la obra- hasta la exhibición de los fósiles en el museo de sitio.

Es un pequeño oasis en medio del desierto y de los campos de petróleo. Una hilera de banderas pone colores vivos sobre el ocre mineral del paisaje, al costado de un par de hangares. Juan Mansilla da la bienvenida a los visitantes. Es técnico y trabaja con el paleontólogo Carlos Calvo, el primero en radicarse en Neuquén en 1987. Entre conferencias y cursos, no suele estar con frecuencia en este lugar que ideó para que el visitante de un salto de cien millones de años en apenas horas.

Juan deja de lado los huesos fosilizados que estaba limpiando y recibe a sus visitas en una aula llena de mapas, muestras de minerales y libros. Luego de una charla de presentación, abre la marcha hasta un galpón de techo curvo, como los primeros que se instalaron en las bases antárticas: "Aquí está nuestro museo. Abrimos de nuevo en octubre".

Lo llamativo no es tanto la museología como las piezas que conserva. Como las vértebras del Futalongkosaurus dukei, un titanesco saurópodo que se alimentaba de plantas en la era cretácica. "Nos regalaron su réplica, que hicieron en Canadá, pero está varada en la aduana desde hace meses". Este animal seguramente vivió en las afueras del museo. Hacía temblar el suelo con cada pisada, desplazando un cuerpo de varias decenas de toneladas.

La visita sigue afuera, con un paseo didáctico: se ven huesos, una reconstitución entre el monte, copias de nidos y también un manchón, la "cáscara" de yeso que cubre y protege un fósil para su transporte desde el campo hasta el laboratorio. Termina sobre una barda, para conocer un sitio de extracción. Un pequeño toldo cubre parcialmente la fosa. Al costado una rama o una raíz reluce bajo el sol. Es madera petrificada, con una cristalización perfecta. Cien millones de años no es nada.

 

Tercera etapa: entre Sauces

 

Para el punto más alejado del recorrido (240 km) hay poco más de tres horas de manejo desde la ciudad de Neuquén hasta el límite con Mendoza, sobre el cauce del río Colorado. En camino se pasa por Añelo, la capital de Vaca Muerta, y la ruta es una larga procesión de pick-ups y camiones, además de obras viales. Finalmente se llega a Rincón de los Sauces, donde abrieron en diciembre pasado otro museo y un parque de réplicas.

Carlos Fuentes está a cargo: "Como estamos lejos de Neuquén teníamos que crear un impacto fuerte para que la gente venga a visitarnos". Y lo lograron a primera vista. Aunque el pueblo viva claramente del petróleo, su gente vislumbró las posibilidades de desarrollo sustentable que brinda el turismo. El primitivo museo en una casita del centro fue mudado y multiplicado en Rincón Saurus, cuya puerta está vigilada por un pterodáctilo.

El paleontólogo del museo, Leonardo Filippi, comenta: "En esta región hemos encontrado de todo: restos de grandes dinosaurios, por supuesto, pero también de serpientes, tortugas y cocodrilos".

Las estrellas locales son el Titanosaurio y el Overosaurio, encontrados en un estado excepcional de conservación. Filippi reconoce: "Tenemos suerte o bien las condiciones se dan mejor que en otras regiones porque hicimos varios hallazgos de esqueletos muy completos. Tenemos la mayor parte de la columna vertebral y las costillas del Overosaurio; y la columna, una cola y un cráneo de Titanosaurio".

El científico cuenta que encontrar un cráneo es como conseguir el Santo Grial de la paleontología. Los huesos más delicados de la cabeza no tienen tanta propensión a mineralizarse como otros más robustos.

Para confirmar los dichos de Carlos Fuentes, el viaje vale la pena. Con solo empujar una puerta, se pasa al parque con una quincena de réplicas de los principales dinosaurios del cretáceo de la región. ¿Se veían así realmente? Por el momento las ciencias no lo pueden confirmar y los colores y los detalles están librados al libre criterio del paleoartista, aunque Filippi puntualiza que "podemos notar la presencia de ligamentos y músculos sobre ciertos fósiles. Así que tenemos una idea general. Sabemos cómo era la piel de algunos animales porque encontramos impresiones en las rocas, como es el caso del Carnotaurus sastrei, hallado cerca de aquí, en Auca Mahuida".

 

Cuarta etapa: Plaza Huincul

 

Luego de estas tres visitas, el Cretácico se desdibuja poco a poco. Pero esa era se extendió sobre decenas de millones de años y vivió grandes cambios con la separación de los continentes. La mayor parte de los animales de aquellos tiempos desapareció, pero algunos sobrevivieron, con cambios, como los cocodrilos y los tiburones. Gondwana fue el hogar de los grandes dinosaurios y las mesetas de Neuquén conservaron sus esqueletos gracias a una sucesión ideal de factores. Los Andes empujaron las capas de rocas del Cretácico a la superficie y la erosión desveló los fósiles. Es el resumen para profanos que hace Rodolfo Coria, uno de los más renombrados paleontólogos del país, en el Museo Carmen Funes de Plaza Huincul, a 220 km de Rincón de los Sauces y a 110 km de Neuquén.

El lugar fue construido para recibir al Argentinosaurus, que todos conocemos como el mayor ser viviente sobre la Tierra. Coria participó en su hallazgo. "A fines de los 80, un puestero pensó haber encontrado un tronco petrificado y lo llevó hasta el pequeño museo de entonces en Plaza Huincul. La pieza estuvo ahí años hasta que José Bonaparte -uno de los principales paleontólogos del siglo XX y el que identificó la mayor cantidad de especies- lo vio y se dio cuenta de que se trataba de un fósil de tamaño excepcional. Lo llevaron al sitio del hallazgo y así empezó la reconstitución del Argentinosaurus".

Se encontró una pequeña parte y los científicos terminaron de armar el esqueleto con sus conocimientos y analogía con especies vecinas. El gigante ocupa casi todo el espacio del inmenso galpón. Sus medidas son abrumadoras: 30 metros de largo, 8 de alto y hasta cien toneladas de peso.

"Pero el tamaño no es lo más importante científicamente -cuenta Coria-. Aunque reconozco que es lo que llama la atención del gran público. Lo más importante es que se trataba de una nueva especie. Es muy difícil saber cuál era el más grande porque se hallan esqueletos muy incompletos. Reconstituimos por deducción y comparaciones."

Los visitantes del museo levantan la cabeza debajo del esqueleto del Argentinosaurus. Un niño pasa al costado de la pata y tiene la misma altura que la falange? No hace falta ir al cine para dejar volar la imaginación. Solo hace falta viajar en el tiempo en Neuquén.

 

Datos útiles

 

Dónde dormir

Hay opciones para todos los presupuestos en Neuquén Capital. En los sitios paleontológicos, la oferta es más limitada. En Villa El Chocón hay complejos de cabañas y tres hoteles

El Proyecto Dino tiene un par de trailers que alquila a quien quiera pernoctar en el sitio. Dos días y una noche, con comidas y actividades de campo

 

Qué visitar

 

Villa El Chocón: El Museo Ernesto Bachmann en el centro cívico, incluye la visita guiada. Proyecto Dino: recibe visitantes todo el año. Como los técnicos hacen de guía, es recomendable reservar antes | El museo de sitio Las Huellas conserva pisadas de dinosaurios al orillas de lago. Se pueden observar desde pasarelas.

Rincón de los Sauces : Rincón Saurus

Plaza Huincul:  Museo Carmen Funes

 

Otros recorridos por el país

Trelew: el MEF es el museo paleontológico más importante del país. Exhibe una importante colección de fósiles y réplicas en una ambientación moderna y didáctica. Exhibe un huevo fosilizado increíblemente conservado.

La Rioja : en Sanagasta está el Parque de los Dinosaurios. Es un valle en el cual se colocaron una quincena de réplicas de gran realismo. Se encontraron fósiles y muchos nidos con huevos mineralizados en la zona. Hay un centro interpretativo en la entrada junto a un kiosco, artesanías y souvenirs.

Valle de la Luna: los paisajes del parque natural Ischigualasto están formados por rocas del Triásico y tienen más de 200 millones años. Se encontraron fósiles de dinosaurios considerados como los más antiguos del mundo, como el Eoraptor lunensis. Recientemente se anunció el hallazgo de restos de dicinodontes, lejanos ancestros de los mamíferos, dentro del parque.